“Cada vez más mujeres de distintas edades son atraídas a Internet mediante el chat. Encuentran en este el mejor y más seguro medio para conocer amigos y/o parejas sin las cargas que supone la impresión física, y el condicionante del reducido número de personas que tienen cerca en relación al que pueden encontrar en la red. Cada vez más niñas, adolescentes, chicas jóvenes, mujeres adultas y mayores se consideran adictas al chat. Poder establecer contacto con otras personas sin el esfuerzo del maquillaje y la moda, sin las limitaciones físicas ni la presión del cuerpo (tiranizado cada vez más con modelos imposiblemente bellas y delgadas a través de las industrias mediáticas) es un alivio.
Pero el poder de reinventarse en el chat (hasta cierto punto una forma de «biopoder»), redimidas temporalmente del cuerpo, tiene un sentido más profundo que el mero aprovechamiento instrumental de las redes. Y es que la posibilidad (biopolítica) de reinventarse un cuerpo físico tan característica de la contemporaneidad (tatuajes, piercings, cirugía, peinados, implantes...) convive con la posibilidad de prescindir del mismo mediante lo que algunos denominan «tecnoparloteo»”.
Remedios Zafra, (2005). Netianas. N(h)acer mujer en Internet. Madrid: Lengua de Trapo, pp. 100-101.