- Abogada y política, fue una de las principales representantes de la política francesa durante las décadas de los 60, 70 y 80 del pasado siglo.
- Primera presidenta del Parlamento Europeo en 1979.
- Atea de origen judío y superviviente del holocausto, encabezó la lucha contra el antisemitismo en Europa y fue presidenta de la Fundación Por la Memoria de Shoah desde 2000 hasta 2007.
Otras intelectuales coetáneas que podemos poner en relación por contexto e intereses son:
- Louise Weiss: periodista, escritora, feminista y política francesa.
- Irène Némirovsky: escritora nacida en Ucrania que vivió en Francia desde su juventud. Fue deportada bajo leyes raciales por su origen judío, aunque se había convertido al catolicismo en 1939. Murió en el campo de exterminio de Auschwitz. Muy conocida por su obra inconclusa Suite francesa, en la que narra la vida en Francia durante la invasión y Ocupación del ejército nazi.
- Gisèle Halimi: fue una abogada feminista, activista y ensayista franco-tunecina. Luchó a favor del derecho al aborto y por la criminalización de la violación.
- Marie Andrée WeilHallé: ginecóloga, fundadora del movimiento “Maternidad feliz” en 1956, que más tarde se convirtió en el movimiento francés de planificación familiar. Posteriormente, cuando la ley de acceso a la anticoncepción en Francia estaba a punto de ser modificada, abandonó este movimiento debido a su desacuerdo con la línea general en cuestiones de educación anticonceptiva o legalización del aborto.
- “Manifiesto de las 343” publicado el 5 de abril de 1971 por el Nouvel Observateur, en el que 343 mujeres, entre las que se encontraban Simone de Beauvoir, Françoise Sagan, Marguerite Duras, Catherine Deneuve, Delphine Seyrig, afirmaban que habían abortado.
- Hannah Arendt: filósofa y teórica política alemana, posteriormente nacionalizada estadounidense, de religión judía. Su libro Eichmann en Jerusalén. Un informe sobre la banalidad del mal fue su obra más polémica y conocida. Veil se refiere a ella en su autobiografía en estos términos: “Del mismo modo que no comparto los juicios negativos sobre el silencio culpable de los aliados, tampoco estoy de acuerdo con el masoquismo de los intelectuales como Hannah Arendt sobre la responsabilidad colectiva y la banalidad del mal.”