Informació de l'obra i context de creació
La primera canción −cansó− Fin ioi me don ́ alegranssa (La alegría cortés me da felicidad) es de felicidad, de celebración. Las coblas o estrofas son dos, de ocho versos cada una, y una despedida o tornada de cuatro versos, según el siguiente esquema: I y II ababccdd; la despedida ccdd.
En esta composición da muestra de la autoridad de su voz en el desprecio que muestra a maledicentes, una actitud que tiene en común con sus contemporáneas las poetas andalusíes como Nazhum ibn Al Qalai o Hafsa ar-Rakuniyya.
Con Estat ai greu cossirier (He estado muy angustiada), estamos sin duda ante la más famosa “cansó” femenina, la más emblemática y apasionada de la condesa, la más recogida en las antologías, y la que nos ha dejado ver la gallardía, el realismo y la sensualidad refinada de los que hace uso Beatriz.
La “cansó” consta de tres coblas, octosilábicas, cuyo esquema métrico responde al siguiente: para la I y II la rima sería abbacddc, y para la III eaaefggf.
Como nos referíamos al principio, estamos ante una declaración amorosa por parte de la trovadora, que expone sus intenciones amorosas con gran espontaneidad. Nuestra poeta empieza aludiendo al estado de “angustia” en el que se encuentra, un sentimiento de dolor que se entronca dentro de la tradición medieval de considerar la pasión amorosa o el estar enamorado como una enfermedad. Una enfermedad que apaga el ánimo, el apetito, que deja sin fuerzas, que hace padecer, causar tristeza o dolor, y cuyo mal solo será apagado cuando el enamorado se sienta correspondido por la fuerza amorosa. Nuestra trobairitz (trovadora) se siente actualmente “angustiada” por la pérdida de su caballero que anteriormente dice que “ha tenido”, entiéndase aquí dentro del lenguaje feudal, que ha poseído para su disfrute amoroso.
Ya en el tercer verso, recordemos que la trobairitz es una dama casada con un noble, que declara abiertamente que “le he amado sin medida”, arremete incluso contra ella misma, expresando, además, que no lo ha amado lo suficiente y por ello afirma “he vivido en el error” y termina con una frase curiosa “tanto en el lecho como vestida”. Hay autores que apuntan simplemente a que la autora ha vivido en el error siempre, tanto de noche como de día, pero esta metáfora va más allá y se explicaría dentro del lenguaje codificado del amor cortés. La poeta se encuentra en el “drutz”, el último grado de la pasión amorosa, donde se produce la fusión sexual del amado y de la amada; esta imagen vendría a explicar que la dama no solo ha amado a su caballero carnalmente, sino que siente un sentimiento superior, un amor verdadero, no exclusivamente sexual.
Como vemos, en esta primera estrofa, la trobairitz expone abiertamente sus sentimientos de pasión y angustia, es más, parece que la dama tiene que argumentar para convencer, para obtener la atención del caballero. Es decir, que no solo es una exposición unívoca de su estado anímico ni de su sentimiento amoroso dirigida a un destinatario concreto, sino que además, como mujer compositora, tiene que dejar constancia de su talento literario, de su validez como trovadora, ¿será este un mérito más en su empresa amorosa o simplemente en su labor creadora?
Esta posición tan autorizada y gallarda que asume la condesa la lleva a mostrar no solo su pasión y veneración amorosa, sino que, además, hace gala de las virtudes sociales que conlleva su clase: refinamiento, esmerada educación que la sitúa como dama distinguida y noble. Recordemos que, como tópico cortés, el amor generalmente solo se daba entre las clases elevadas, o cuando uno de sus componentes correspondía a esta clase elevada. Por lo que deducimos que el talento derrochado por la condesa responde a un quehacer literario que la dignifica como dama culta y noble, pero que a su vez, le sirve como mérito social para aspirar y seducir a su amado.
Seguidamente, en la segunda estrofa, de nuevo la condesa hace uso de su lenguaje gallardo y vivo, expresando sin tapujos su deseo, en “cómo querría una tarde tener a mi caballero, desnudo, entre los brazos” y continúa con el “drutz” afirmando: “y que él se considerase feliz con que solo le hiciese de almohada”, vemos que en estos versos desiderativos, no solo se expresa el anhelo, sino que la dama tiene asumido un papel activo siendo ella la que abraza al caballero y la que le hace de almohada. Es él quien se apoya físicamente en la amada y ella espera que en esa situación él sea feliz. Esta gallardía de la condesa no está únicamente en la exposición de sus sentimientos amorosos y carnales, siendo mujer noble casada, sino que como compositora se sitúa en una posición de autoridad y asume perfectamente el rol de trovadora, como una fina dama educada de la corte que, en un papel activo, crea versos para disfrutar de los placeres del amor, tomando la iniciativa en ello.
En esta segunda estrofa, se alude a un personaje literario “Floris de Blancaflor”, Floris y Blancaflor eran héroes de una narración medieval popular, y que aquí podría representar la “sehnal” de su amigo, al que se dirige apasionadamente para comunicarle que daría todo por él, lo más preciado para ella: sus ojos, su corazón, su razón, su amor y su vida; son estos, curiosamente, términos comunes en la poesía cortés en el momento adulatorio del poeta que le ofrece todo a su dama, de nuevo astutamente y conocedora de este juego cortés, nuestra trobairitz asume a la perfección su rol.
La tercera estrofa comienza con una estructura típica de las “chansons de trobaititz” (canciones de trovadoras), ya que la alusión al “amigo” aparece expresada, a diferencia de las “chansons de femme” (género paralelo popular), con una estructura arquetípica, haciendo uso casi siempre de un vocativo precedido (“bello amigo, amable y bueno”). De esta forma apelaban las trovadoras la atención de su caballero, y es más, ella se pregunta con una interrogación retórica “¿cuándo os tendré en mi poder?”. Nos encontramos claramente con la actitud de un “yo” lírico que asume el rol cortés del trovador, que anhela y sin temor, pide lo que desea: “sabed que tendría un gran deseo/ de teneros en lugar del marido”. Poniendo en evidencia el deseo carnal por su amigo.
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero32/conddia.html (09/02/2022)
Las creaciones de la condesa de Dia se enmarcan en la poesía trovadoresca, donde se encuentran otras destacadas trovadoras, como Tibors, Castelloza, Azalais de Porcairagues o María de Ventadorn. Tienen también en común con las poetas andalusíes, contemporáneas suyas, una audaz voz poética.
Indicacions
Se puede incluir en varias materias:
- Lengua Castellana y Literatura, cuando se estudia el amor cortés en la Edad Media.
- Lengua Catalana y Literatura, cuando se estudia el amor cortés en la Edad Media y como referente de otras trovadoras catalanas, como la Reina de Mallorca (Reyna de Mallorques).
- Música, como ejemplo dentro de la monodia profana medieval, junto a la ejemplificación o a las actividades de otros trovadores y trovadoras. «A chantar m'er de so q'ieu no volria» es el único poema de la Condesa de Dia del cual se conserva la música original: https://youtu.be/m2B00v5pD3k (17/06/2023).
- Historia, en el ámbito cultural medieval, con el esplendor de la creación femenina en el siglo XII.
- Literatura Universal cuando se aborda la poesía trovadoresca.
La bibliografía consultada para la elaboración de esta obra:
BADIA, Alfred Les trobairitz. Poetes occitanes del segle XII, 2007, Horsori, Barcelona.
Martinengo, Marirì (1997). Las Trovadoras, poetisas del amor cortés. Traducción: Rivera Garreta, M.ª Milagros y Mañeru Méndez, Ana. Madrid: Edit. horas y Horas la editorial.
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero32/conddia.html (09/02/2022)
«Les trobairitz» dins de Troubadours and European Identity: The Role of Catalan Courts http://www.trob-eu.net/ca/les-trobairitz.html (17/06/2023).