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Literature > Didactic or educational literature > Essay

Socio-cultural movements

Late modern period / Contemporary period > Feminism > Ecofeminism

Late modern period / Contemporary period > Socio-political movements > Postcolonialism

Late modern period / Contemporary period > Socio-political movements > Pacifism / Antimilitarism

Late modern period / Contemporary period > Socio-political movements > Civil rights movements

Work

Abrazar la vida. Mujer, ecología y desarrollo.

Date of production: 1988

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Socio-cultural movements

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Works

“Es útil separar una concepción cultural que considera como pobreza a la subsistencia de la experiencia material de la pobreza, que resulta del desposeimiento y la privación. La pobreza percibida culturalmente no necesariamente es auténtica pobreza material: las economías de subsistencia que satisfacen las necesidades básicas mediante el autoabastecimiento no son pobres en el sentido de estar privadas de algo. Sin embargo, la ideología del desarrollo las declara tales porque no participan abrumadoramente en la economía de mercado y no consumen mercancías producidas para el mercado y distribuidas a través del mismo, aun cuando puedan estar satisfaciendo esas necesidades mediante mecanismos de autoabastecimiento. Se consideran pobres a las personas que comen mijo (cultivado por mujeres) en vez de los alimentos preparados que se producen y distribuyen comercialmente y los venden ciertas firmas dedicadas a negocios agrícolas que operan en todo el mundo. Se las considera pobres si viven en casas construidas por ellas con materiales naturales como el bambú y el barro en vez de vivir en casas de cemento. Se las considera pobres si usan prendas de vestir hechas a mano de fibras naturales en vez de sintéticas. La subsistencia, percibida culturalmente como pobreza, no necesariamente implica una baja calidad material de vida. Por el contrario, desde el punto de vista nutritivo el mijo es muy superior a los alimentos procesados; las viviendas construidas con materiales locales son muy superiores, por adaptarse mejor al clima y a la ecología local; las fibras naturales en la mayoría de los casos son preferibles a las fibras hechas por el hombre y sin duda más accesibles desde el punto de vista económico. Esta percepción cultural de la prudente subsistencia como pobreza legitimó el proceso de desarrollo como un proyecto para eliminar la pobreza. Como proyecto culturalmente tendencioso destruye los estilos de vida sanos y sostenibles y crea verdadera pobreza material, o miseria, al desatender las necesidades de subsistencia mismas por desviar recursos hacia la producción de mercancías. Los cultivos de exportación y el procesamiento de alimentos sustraen recursos agrícolas e hídricos de la satisfacción de las necesidades de subsistencia y excluyen a un número cada vez mayor de personas de su derecho a la alimentación […] Así, las economías basadas en tecnologías indígenas son consideradas “atrasadas” e “improductivas”. 

La pobreza, como desatención de las necesidades básicas, no necesariamente está asociada con la existencia de tecnologías tradicionales, y su eliminación no necesariamente es el resultado del crecimiento de las modernas. Por el contrario, la destrucción de las tecnologías tradicionales, respetuosas de la ecología, que suelen crear y emplear las mujeres, junto con la destrucción de su base material, es a lo que generalmente se atribuye la “feminización” de la pobreza en sociedades que han tenido que soportar los costes de la destrucción de recursos. […] 

La demanda por recursos para abastecer las economías de mercado que dominan ciertas fuerzas mundiales hace disminuir cada vez más la base de recursos necesarios para la supervivencia. La creación de desigualdad mediante una actividad económica que es dañina para la ecología ocurre de dos maneras: primero, las desigualdades por lo que respecta a la distribución de privilegios contribuyen a crear un acceso desigual a los recursos naturales (los privilegios son tanto de naturaleza política como económica). Segundo, los procesos de producción de elevado consumo de recursos tienen acceso a materias primas subvencionadas de las que depende la subsistencia de un número considerable de personas, pertenecientes en especial a los grupos económicamente menos favorecidos. El consumo de estas materias primas industriales se determina pura y exclusivamente por las fuerzas del mercado y no por consideraciones de índole social o ecológica. Los costes de la destrucción de recursos se externalizan y dividen entre varios grupos económicos de la sociedad, pero lo soportan principalmente las mujeres y quienes satisfacen sus necesidades materiales básicas directamente de la naturaleza, simplemente porque carecen de poder adquisitivo para registrar sus demandas de los bienes y servicios que proporciona el sistema moderno de producción. […] 

La paradoja y la crisis del desarrollo provienen de la errónea identificación de la pobreza percibida culturalmente con la verdadera pobreza material, y la errónea identificación del crecimiento de la producción de mercancías con la mejor satisfacción de las necesidades básicas. En los hechos, hay menos agua, menos tierra fértil y menos riqueza genética como resultado del proceso de desarrollo. Como esos recursos naturales son la base de la economía de subsistencia de las mujeres, su escasez empobrece a éstas y a los pueblos marginados de manera inusitada. Este nuevo empobrecimiento radica en el hecho de que los recursos en los que se basaba su subsistencia fueron absorbidos por la economía de mercado mientras que ellos mismos fueron excluidos y desplazados por ésta. 

La vieja suposición de que con el proceso de desarrollo se aumentaría automáticamente la disponibilidad de bienes y servicios y se eliminaría la pobreza es en la actualidad seriamente impugnada por los movimientos ecologistas del Tercer Mundo, aun cuando sigue guiando las ideas acerca del desarrollo en los centros de poder patriarcal. La supervivencia se basa en la suposición de la santidad de la vida; el mal desarrollo, en el carácter sagrado del “desarrollo. 

La recuperación del principio femenino permite trascender los cimientos patriarcales del mal desarrollo y transformarlos. Permite redefinir el crecimiento y la productividad como categorías vinculadas a la producción -no a la destrucción- de la vida. De modo que es un proyecto político, ecológico y feminista a la vez, que legitima la vida y la diversidad, y que quita legitimidad al conocimiento y la práctica de una cultura de la muerte que sirve de base a la acumulación de capital”.  

Shiva, Vandana (1995). Abrazar la vida. Mujer, ecología y desarrollo. Madrid: Ed. Horas y Horas. Cap. 1 pág. 40- 44. Obra agotada. Extraído de: (revisado17/1/2022) https://www.sinpermiso.info/textos/la-mirada-ecofeminista-tres-textos  

Information about the work and context of creation

En esta obra se plantea el concepto de desarrollo, pobreza y el papel de las mujeres desde una perspectiva ajena a la evolución que el capitalismo ha impreso en la economía mundial. La autora reivindica una forma de “desarrollo, de “progreso” arraigado a la tierra y su sostenibilidad, visión claramente diferente a las, en su opinión, mal llamadas economías evolucionadas. Establece un doble sentido para el concepto de pobreza, pues no es lo mismo carecer materialmente de recursos de subsitencia, que imposiblidad para consumir en un entorno capitalista, y redignifica el trabajo que las mujeres desempeñan para el sostenimiento y equilibrio de la vida, la humana y la del planeta, que son indisolubles. Esta obra, de las primeras, puso el foco en lo que Vandana Shiva iba a representar y aún representa, para la conciencia feminista ecológica del planeta.  
Es heredera de Françoise d’Eaubonne, coetánea de Carol Adams, Karen Warren, Val Plumwood, Petra Kelly, Wangari Maathai, Alicia Puleo, Berta Cáceres, el movimiento Chipko, El Cinturón Verde o los Movimientos Indígenas de Centro y Sudamérica; podríamos considerar a Greta Thumberg, la sudafricana Ayakha Melithafa, la india Ridhima Pandey, la ecuatoriana Helena Gualinga o las españolas María Laín, Koro López de Ugalde o Laura Reboul. 

Indications

Adecuada para:
Valores Éticos de 3º ESO  
Filosofía de 4ªESO 
Biología 
Geografía e Historia 

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