“La primera conquista importante del feminismo fue la de hacer que se le tomase en serio, que cesasen las fáciles bromas y chistes de mal gusto, que hombres eminentes se declarasen partidarios de la liberación de la mujer y se definiera con claridad que feminismo significa: partido social que trabaja para lograr una justicia que no esclavice a la mitad del género humano en perjuicio de todo él. Se alejó de la palabra feminismo el concepto de desequilibrios y ridiculeces, la idea de hegemonía femenina y de peligro para la Sociedad”.
Carmen de Burgos (2018). La mujer moderna y sus derechos, ed. Mercedes Gómez-Blesa, Madrid: Huso, p. 36.